El derecho a la salud está garantizado en lo que se conoce como los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC) de las Naciones Unidas. Dichos derechos fortalecen la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en lo que se refiere a garantizar la seguridad económica, educativa, de salud y la cultura, a todos los habitantes del planeta y de países suscriptores de la ONU.
El derecho a la salud contempla adoptar medidas efectivas para reducir la mortalidad materna e infantil y garantizar el sano desarrollo de las niñas y los niños; el mejoramiento de la higiene en el trabajo y el medioambiente; la prevención de enfermedades epidémicas, endémicas y de otra índole; la creación de condiciones que aseguren el acceso de todas las personas a la atención de salud.
En el año 2000, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, que se encarga de supervisar la aplicación de los Pactos suscritos por los países miembros, incluyó una observación general sobre el derecho a la salud. En la misma se dice que el derecho a la salud no solo abarca atención de salud oportuna y apropiada, sino que también los principales factores determinantes de la salud, como el acceso a agua limpia y segura, a condiciones adecuadas y sanitarias, el suministro de alimentos sanos, nutrición, vivienda, condiciones sanas en el trabajo y el medioambiente, y el acceso a la educación e información sobre cuestiones relacionadas con la salud, incluida la Salud Sexual y Reproductiva.
En este sentido, el derecho a la salud es un derecho fundamental para garantizar el bienestar de las personas y sus familias. El Estado de El Salvador, como país miembro de las Naciones Unidas, está obligado a generar las condiciones en las cuales todas y todos podamos vivir de forma saludable. Esto debería realizarse mediante una planificación participativa y transparente de las políticas de salud pública, garantizando el proceso progresivo, con revisiones periódicas para verificar el avance de los indicadores previamente establecidos. La programación de salud pública debe tomar en cuenta los grupos más vulnerables.